Para no perder la costumbre, el TSJ emitió otra lamentable resolución el día de ayer expresando que el Poder Judicial no concede al asueto del día 6 de julio. Lo objetable no es en sí que podamos gozar o no un día de asueto aunque hay una larga costumbre que avala la concesión del mismo.
Lo objetable son los argumentos que el Tribunal esgrime para su no concesión: “razones de servicio motivadas en la pandemia”, con ello, vergonzantemente y cediendo a la presión del colectivo de abogados está desandando el camino de todo lo que sostuvo desde que comenzó la cuarentena acerca de que el Poder Judicial no paralizó sus tareas. Incluso hasta hizo circular estadística que demostró que la actividad siempre se mantuvo.
Nuevamente entonces incurre el TSJ en una falta de reconocimiento hacia sus trabajadores y trabajadoras judiciales. Hacia quienes estuvieron en los peores momentos en la primera línea de atención y hacia quienes -desde un escenario hogareño para nada idílico como lo dibuja el marketing- hicieron teletrabajo.
Repudiamos esta resolución para la tribuna mediática tomada por el Tribunal Superior, pero más importante aún: le exigimos la restitución de la feria de julio para todas y todos los empleados judiciales. Le recordamos a la patronal que desde el primer momento del receso por razones sanitarias un importantísimo porcentaje de la planta se desempeñó presencial y remotamente para sostener el funcionamiento del servicio de justicia.
El derecho a las vacaciones y al descanso, encuentra su fundamento en un derecho más importante aún, que es el derecho a reconstituir la salud psicofísica de los trabajadores y trabajadoras. Si esto es fundamental en tiempos de “normalidad”, cobra una especial relevancia en este contexto en el que se ha estado trabajando bajo situaciones de miedo, presión, angustia y estrés, nunca antes vividas por nadie.